Asocian el ejercicio con disminución de probabilidades de muerte prematura con diabetes tipo 1

(Reuters Health) - Las personas con diabetes tipo 1 que hacen ejercicio (y cuanto más, mejor) son menos propensas a morir prematuramente que las más sedentarias, según sugiere un nuevo estudio.

Los autores revisaron la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad física en el tiempo libre de 2.639 pacientes con diabetes tipo 1 de Finlandia. A los 11 años, habían muerto 270 participantes.

A diferencia de las personas más sedentarias, los participantes más activos eran menos propensos a morir durante el estudio, aun si tenían insuficiencia renal.

"Importa porque los médicos siempre les indicaron a sus pacientes con diabetes (tipo 1) hacer actividad física sin evidencia sólida", dijo la autora principal, doctora Heidi Tikkanen-Dolenc, de la Universidad de Helsinki y del Hospital de la misma universidad.

El ejercicio siempre estuvo asociado con más probabilidades de vivir y menos complicaciones en las personas con diabetes tipo 2, que es la forma más común de la enfermedad relacionada con la obesidad y el envejecimiento.

Pero se desconoce cómo el ejercicio influye en la longevidad en los pacientes con diabetes tipo 1, que aparece cuando el cuerpo no puede producir insulina y, a menudo, se diagnostica en la niñez o la juventud.

"Ahora, podemos decir que, en los pacientes con diabetes tipo 1, la actividad física no sólo reduce el riesgo de nefropatía diabética y enfermedad cardiovascular, sino también la muerte prematura", dijo Tikkanen-Dolenc.

Al inicio del estudio, los pacientes tenían 40 años en promedio y la mayoría, sobrepeso. Informaron con qué frecuencia hacían ejercicio y con qué intensidad, además de otras actividades. Luego, el equipo calificó el nivel y la intensidad del ejercicio de los participantes de acuerdo con horas de equivalente metabólico (MET) por semana.

El grupo más sedentario recibió menos de 10 horas MET por semana al inicio del estudio, mientras que el grupo más activo recibió más de 40 horas MET por semana.

En 10 años, la tasa de mortalidad del grupo más sedentario era del 14,4 por ciento y la del grupo más activo, del 4,8 por ciento.

Tras considerar otros factores, los que hacían menos de 10 horas MET de actividad física por semana eran casi dos veces más propensos a morir por cualquier causa que los que hacían más de 40 horas MET. Los participantes que hacían actividad física moderada eran un 37 por ciento más propensos a morir que el grupo más activo.

La actividad física benefició a los pacientes con y sin enfermedad renal, según publica el equipo.

FUENTE: Diabetes Care, online 26 de octubre del 2017