El esmog no debería ser una excusa para evitar el ejercicio

(Reuters Health) - Aun cuando los gases del tráfico contaminen el aire, es mejor para el corazón salir y hacer ejercicio que quedarse todo el día sentado en ambientes interiores, de acuerdo con un nuevo estudio.

Si bien el ejercicio está asociado con distintos beneficios para la salud, como disminuir el riesgo cardiovascular, la exposición a la contaminación del aire ha sido relacionada con un aumento del riesgo de sufrir infartos, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), según dijo la autora principal Nadine Kubesch, de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.

Su equipo revisó los datos de exposición a la contaminación del aire, hábitos de actividad física e internaciones o muertes asociados con infartos en 51.868 adultos de Dinamarca de entre 50 y 65 años. En casi 18 años, el 6 por ciento tuvo un primer o segundo infarto.

Los que vivían en zonas con alta contaminación del aire tenían un 17 por ciento más probabilidades de tener un infarto que los que residían en zonas de baja contaminación. Y aquellos con un infarto previo al inicio del estudio presentaban un 39 por ciento más chances de tener un infarto durante el seguimiento cuando vivían en áreas de alta contaminación.

Los adultos que practicaban deportes habitualmente en áreas con altos niveles de contaminación, por ejemplo, tenían un 21 por ciento menos probabilidades de tener infartos que los sedentarios.

"Nuestro estudio demuestra que la actividad física, aún durante la exposición a la contaminación del aire, reduce el riesgo de tener un infarto", dijo Kubesch.

"Respalda la evidencia de que aún niveles moderados de actividad física habitual, como el uso del transporte público, son suficientemente intensos como para obtener esos beneficios para la salud", agregó.

El equipo se concentró en los deportes, el ciclismo, las caminatas y la jardinería. Halló que todas esas actividades, excepto salir a dar un paseo a pie, estaban asociadas con una disminución del riesgo de tener un infarto.

En aquellas personas con un ataque cardíaco previo, andar en bicicleta, ocuparse del jardín y caminar disminuía el riesgo de tener un segundo infarto.

FUENTE: Journal of the American Heart Association, online 18 de julio del 2018