Las mujeres obesas son las menos propensas a adelgazar y la mayoría lo necesita

Por Lorraine L.Janeczko NUEVA YORK (Reuters Health) - Las mujeres obesas sin inhibiciones en la alimentación u otras conductas serían las que más necesitan adelgazar, pero, a la vez, son las menos propensas a hacerlo. La desinhibición con baja respuesta a una intervención para adelgazar es común en el tratamiento de la obesidad y crece en pacientes con diabetes tipo 2, junto con una mayor antigüedad en la convivencia con la enfermedad y la mala calidad de vida, según presentaron los autores de un nuevo estudio en ENDO 2015, el congreso anual de la Sociedad de Endocrinología en San Diego. "Luego de seleccionar a un grupo de mujeres de la misma edad, peso y composición corporal, hallamos que aquellas con altos niveles de desinhibición tenían la señalización de la insulina muy alterada", dijo la doctora Julia Passyn Dunn, instructora del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de Vanderbilt University, Nashville, Tennessee. "Las mujeres obesas menos propensas a adelgazar son las que más lo necesitan. Aquellas con características alimentarias y conductuales que afectan enormemente el descenso de peso también poseen el peor metabolismo debido al exceso de peso", agregó Dunn. El equipo de Dunn estudió a 17 mujeres obesas, sin diabetes y con un peso estable; tenían 39,8 años en promedio. Ocho tenían niveles de desinhibición muy bajos y nueve tenían niveles muy altos. El IMC era similar en ambos grupos (41 versus 38 kg/m2), como el peso (106 kg), la masa grasa (42 versus 44 por ciento) y la masa muscular (58 versus 57 por ciento). Todas respondieron el Cuestionario de Tres Factores de la Alimentación (TFEQ, por su sigla en inglés) para determinar el nivel de desinhibición alimentaria, autocontrol y hambre (7 puntos o menos indicaba un bajo nivel de desinhibición y 7 puntos o más revelaban altos niveles de desinhibición). El equipo usó también la Escala de Alimentación con Atracones (BES, por su nombre en inglés) y el Inventario de Beck II para la depresión (BDI-II, por su sigla en inglés). Quedaron excluidas las participantes con 20 puntos o más, es decir, con depresión clínicamente relevante. El índice de sensibilidad (IS) a la insulina para la eliminación de la glucosa se obtuvo con un modelo mínimo. El equipo determinó los niveles de insulina, leptina y grelina en ayunas; la composición corporal la obtuvo mediante una pletismografía. Los resultados del TFEQ eran similares en las participantes con altos niveles o bajos niveles de desinhibición (10 versus 8), mientras que el hambre tendía a aumentar en aquellas con altos niveles de desinhibición (6 versus 3; p=0,05). Lo mismo ocurrió con la BES, aunque los resultados del BDI-II eran más altos en el grupo con mayor que con menor desinhibición (11 versus 4; p=0,036). A pesar de compartir un peso y una composición corporal similares, las mujeres con altos niveles de desinhibición eran dos veces más resistentes a la insulina que las participantes con bajos niveles de desinhibición (5,5 versus 2,7; p=0,032). Los valores de insulina, glucosa, leptina y grelina en ayunas no variaron entre los grupos. El Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambientales (NIEHS, por su sigla en inglés) y el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por su nombre en inglés) financiaron el estudio y los autores declararon no tener conflictos de intereses.