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Mala calidad del aire estaría ligada a complicaciones cardíacas, aunque los pacientes lo ignoran

(Reuters Health) - La mala calidad del aire con partículas contaminantes diminutas llamadas PM 2,5 está asociada con un aumento de las consultas de emergencia (ER) por enfermedades cardíacas y pulmonares y ACV, de acuerdo con un estudio de California, pero una encuesta nacional de Estados Unidos revela que pocos pacientes conocen esos riesgos de la contaminación del aire.

De acuerdo con un análisis de las áreas que afectó California durante la temporada de incendios intensos del 2015, el día que los habitantes habían estado expuestos a humo denso crecieron un 15 por ciento las consultas por infarto y otras complicaciones cardíacas en la población general y un 42 por ciento en los mayores de 65 años.

El ACV y otras emergencias cerebrovasculares lo hicieron, respectivamente, un 17 y un 22 por ciento, según publican los autores en Journal of the American Heart Association.

"A diferencia de lo que sucede en sitios con exposición crónica a la mala calidad del aire, donde podemos educar a la población sobre los riesgos para la salud, los incendios forestales son inesperados", dijo la autora Ana Rappold, del Laboratorio Nacional de Investigación de Efectos Ambientales de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, Durham, Carolina del Norte.

"Los incendios forestales son la principal causa de exposición en el corto plazo a la contaminación del aire. Hay que hablar con la población sobre cómo eso puede afectar su salud".

Con su equipo analizó las consultas de ER entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre del 2015 en ocho cuencas del norte y el centro de California donde los incendios cubrieron más de 324.000 hectáreas.

En ese período hubo 361.000 diagnósticos cardiovasculares, 15.500 diagnósticos cerebrovasculares y 230.000 diagnósticos respiratorios. Las consultas de ER por problemas cardíacos estuvieron asociadas con la densidad del humo de los incendios forestales en todos los adultos y más en los mayores de 65 años.

Los problemas cerebrales y pulmonares también eran más graves en los mayores, en especial los días con densidad media o alta de humo en el aire.

"La población del país está envejeciendo, cada vez con más obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas y pulmonares asociadas, y tenemos también cada vez más hectáreas que se queman todos los años", dijo el coautor, Wayne Cascio, director del laboratorio de la Agencia de Protección Ambiental.

En otro estudio de los CDC, Atlanta, un equipo determinó que la población con enfermedades pulmonares es más propensa que la población con enfermedad cardíaca a conocer los riesgos durante las alertas ambientales.

Analizó encuestas a más de 12.000 adultos estadounidenses en el período 2014-2016. La mitad conocía las alertas, el 27 por ciento dijo que evitaba las calles o los caminos congestionados para reducir la exposición y el 3 por ciento hablaba con el médico para evitar la exposición a la contaminación del aire.

El conocimiento de las alertas era un 11 por ciento más común en las personas con asma que en el resto de los encuestados. En ese grupo, evitar los caminos congestionados era un 13 por ciento más común. Las personas con asma eran cinco veces más propensas a haber conversado con el médico para reducir la exposición a la contaminación ambiental.

FUENTES: Journal of the American Heart Association, online 11 de abril del 2018, y American Journal of Preventive Medicine, online 15 de marzo del 2018