Hasta el ejercicio leve reduciría la gravedad de un ACV futuro

Por Lisa Rapaport

(Reuters Health) - Las personas que hacen actividad física regular leve o moderada, como caminar cuatro horas por semana o nadar dos horas semanales, tendrían ACV no tan graves como aquellas más sedentarias, según sugiere un estudio realizado en Suecia.

Los autores analizaron información de 925 pacientes con un ACV atendidos en el Hospital Universitario de Sahlgrenska, Gotemburgo, entre el 2014 y el 2016. Cuatro de cada cinco habían tenido un ACV leve.

Más de la mitad eran sedentarios antes del accidente cerebrovascular. Los que hacían algo de ejercicio eran dos veces más propensos a tener un ACV leve, según publica el equipo en la revista Neurology.

"Sabíamos de estudios previos que la actividad física podía reducir la incidencia del ACV", dijo Malin Reinholdsson, de la Universidad de Gotemburgo. "Aun así, desconocíamos si el ejercicio previo también podía influir en la gravedad del ACV".

Los participantes tenían unos 73 años y la mayoría había padecido un ACV isquémico, que es la forma más común y ocurre cuando un coágulo obstruye una arteria que transporta sangre al cerebro.

El 6 por ciento había tenido un ACV hemorrágico, una forma no tan común y que sucede cuando hay una hemorragia en el cerebro.

El equipo entrevistó a los participantes sobre la duración y la intensidad del ejercicio que hacían antes de la internación.

Definió actividad "leve" como caminar sin prisa durante por lo menos dos horas por semana, mientras que calificó como intensidad "moderada" a ejercicios como nadar, correr o caminar a paso rápido por lo menos dos o tres horas por semana.

El 74 por ciento de los 481 pacientes sedentarios había tenido un ACV leve, comparado con el 86 por ciento del grupo con actividad física leve y el 90 por ciento de los 59 pacientes que ejercitaban con intensidad moderada.

La edad también influyó: a menor edad, más probabilidades de tener un ACV leve.

Los resultados se suman a la evidencia de que el estilo de vida activo podría reducir el riesgo de tener un ACV y de que ese infarto cerebral sea grave, según opinó Nicole Spartano, coautora de un editorial sobre el estudio e investigadora de la Facultad de Medicina de la Boston University.

FUENTE: Neurology, online 19 de septiembre del 2018