Estudio asocia la pobreza con más problemas cardíacos en adolescentes de EEUU

Por Lisa Rapaort

(Reuters Health) - Los adolescentes de familias de bajos ingresos son más propensos que sus pares más acomodados a tener factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como obesidad, sedentarismo, mala alimentación y tabaquismo, según sugiere un nuevo estudio de Estados Unidos.

La inequidad en el ingreso está asociada con la disparidad en los riesgos cardíacos de los adultos.

El nuevo estudio se hizo sobre los datos obtenidos de una muestra poblacional nacional en el período 1999-2014: 11.557 jóvenes de entre 12 y 19 años. El equipo observó que la economía hogareña también afecta la salud juvenil.

Los adolescentes de bajos ingresos tendrían mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca por lo menos en parte porque aprenden los hábitos de salud de la familia y los adultos más pobres son más propensos a fumar o tener obesidad, según explicó la autora principal, Sandra Jackson, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Pero hay otros factores que impiden que los adolescentes pobres eviten los factores de riesgo cardíaco aunque la familia tenga un estilo de vida saludable.

La proporción de adolescentes con obesidad creció del 16 al 21 por ciento, casi 2 millones más, según publica el equipo en la revista Pediatrics. Pero esto se debió completamente al aumento de la proporción de menores de ingresos bajos y medios con obesidad. En los de ingresos más altos, la obesidad se mantuvo estable.

Al final del estudio, el 22 por ciento de los adolescentes de bajos ingresos y el 26 por ciento de los jóvenes de ingresos medios eran obesos, comparado con menos del 15 por ciento de los adolescentes de altos ingresos.

El tabaquismo adolescente se redujo del 24 al 13 por ciento durante el estudio. Pero aquí también influyeron los ingresos: el 21 por ciento de los adolescentes pobres fumaba, versus el 7 por ciento de los ricos.

La proporción de adolescentes con malnutrición se redujo en el tiempo, aunque menos en el grupo de bajos ingresos que en el de altos ingresos: el 65 por ciento de los adolescentes pobres tenía una dieta de baja calidad, comparado con el 55 por ciento de los jóvenes de altos ingresos.

Y el 26 por ciento de los adolescentes de familias de bajos ingresos era sedentario al final del estudio, versus el 17 por ciento de los adolescentes de familias ricas, según publican los autores.

FUENTE: Pediatrics, online 17 de octubre del 2018